2º B: CLASE DEL 23 DE MARZO DE 2020

¡Buenos días!
Terminamos la semana pasada viendo los diferentes conflictos y problemas durante la Baja Edad Media en la Corona de Aragón. Hoy vamos a continuar viendo qué ocurrió en la Corona de Castilla (que tampoco lo hicimos mal a la hora de guerrear entre nosotros). 
Esto lo podéis encontrar en el apartado C. La rebelión nobiliaria en Castilla de vuestros apuntes (es el último de los apartados del tema 7). También lo podéis seguir de la diapositiva 70 a la 72 del power point. 
Castilla, como el resto del mundo, también vivió una crisis económica, social y política durante el siglo XIV. La nobleza, igual que hemos visto en la Corona de Aragón, no quería perder sus privilegios ni sus tierras, por lo que vamos a ver que se produjeron dos guerras civiles a cuenta de sus deseos. 
La primera de ellas, conocida como primera guerra civil castellana tuvo lugar en el siglo XIV. En ella hay un personaje muy llamativo para la historia: Pedro I de Castilla que, para unos, es conocido como Pedro el Justiciero y, para otros, Pedro el Cruel. Os podéis imaginar que sus enemigos no le llamaron el Justiciero... 
Pedro I, viendo cómo estaba afectando la crisis a Castilla y los intentos de la nobleza por acaparar cada vez más poder, decidió fortalecer el poder de la monarquía. Entre otras cosas, decidió beneficiar más a la ganadería que a la agricultura (así un menor porcentaje de nobles salían beneficiados). 
Esto, evidentemente, le hizo ganar varios enemigos, entre los cuales estaba su propio hermanastro, Enrique de Trastámara. Aquí os dejo una imagen de los dos hermanos:




















Realmente, Pedro y Enrique eran hermanos por parte de padre (el rey Alfonso XI), pero esto no les importó en absoluto a la hora de luchar por el trono y los apoyos de la nobleza. Comenzó así una guerra civil entre ambos hermanos que también dividió a la población de Castilla en dos bandos enfrentados. 
La guerra terminó en 1369 en un combate entre los propios hermanos en el que se apuñalaron entre ellos. El vencedor fue Enrique de Trastámara (en adelante conocido como Enrique II de Castilla), siendo el primer miembro de la dinastía Trastámara en reinar en Castilla. Cuentan algunos textos que, incluso, Enrique II le cortó la cabeza a Pedro I y la expuso en varias ciudades de Castilla para alardear de su victoria. 
Lo que tenemos que recordar también es que Enrique II, en agradecimiento a aquellos nobles que habían apoyado su causa, les entregó varios privilegios y tierras. A estos regalos se les conoce como mercedes enriqueñas (las mercedes era como se llamaban a las rentas, títulos, privilegios, etc., que regalaban los reyes), que no favorecieron para nada el fortalecimiento del poder de la realiza, sino que lo empequeñecieron en favor de la nobleza. 
Pero este no es el único conflicto que tuvo lugar en la Baja Edad Media en Castilla, sino que durante el siglo XV tuvo lugar otro que tiene una gran importancia no solo en la historia castellana, sino de España. 
Fijaros en el siguiente árbol genealógico que comienza en el siglo XIV con Enrique II de Castilla: 

Tras obtener el poder Enrique II de Castilla frente a Pedro I, la dinastía Trastámara fue sucediéndose sin problema, hasta llegar a un nuevo enfrentamiento entre hermanos. En 1454 comenzó a reinar Enrique IV (ojo, que en los apuntes os pone Enrique II, es ENRIQUE IV, que no sé en qué estaría pensando...), que estaba casado con Juana de Portugal. 
Enrique IV tenía un apodo, "El Impotente", ya que se decía que no podía tener hijos. De ahí que, cuando la reina dio a luz a una niña, Juana, muchos se rieran del rey diciendo que no podía ser hija suya y la llamaran Juana la Beltraneja (el apellido del secretario de Enrique IV que, se decía, tenía un lío con la reina). 
Como se dudaba de la paternidad y de la sucesión al trono, la hermana de Enrique IV, Isabel de Trastámara, comenzó a reclamar el trono y, tras la muerte del rey en 1475, comenzó una nueva guerra civil entre los partidarios de Isabel y los de Juana. Esta guerra entre tía y sobrina duraría hasta 1479, en el que se impuso el bando de Isabel, la cual fue coronada y reconocida como reina en Segovia en 1479. A Juana, para que ni se le ocurriera volver a reclamar el trono, la encerraron en un convento como monja de clausura. Pero, lo más importante, es que Isabel se casó con Fernando de Aragón, produciéndose una unión matrimonial entre Castilla y Aragón y a un matrimonio mejor conocido como los Reyes Católicos
Si tenéis más curiosidad, hace unos años se hizo en España la serie Isabel que, históricamente, está bastante bien. Os dejo el enlace por si estos días os apetece verla: 
A continuación, vamos a hacer el último de los esquemas de este tema: